Pesadillas

Hace unos días tuve una pesadilla. En mi faceta atlética, me estaba preparando mi sueño desde que empecé a correr: mi primer maratón.

Había tardado mucho tiempo en sentirme capacitada para entrenarlo (no ya para correrlo)....desde la fase de 3 minutos corriendo, 3 minutos andando.....pasando por mi primera carrera de 5Km, luego de 10Km, luego unas cuantas medias maratones, hasta que me inscribí a fuego un objetivo en mi mente: Maratón de Madrid 2009.

Me preparé a conciencia para este objetivo, contando con el asesoramiento de un entrenador (P.) desde un tiempo atrás. Entrenaba todas las semanas entre 60 y 70km, 5-6 días a la semana, aunque lloviera (que llovía), aunque hiciera frío (que lo hacía)...yo seguía.

Poco a poco, el día del maratón se iba acercando, y yo ya sólo quería seguir tachando días en el calendario, para que llegara el día D, porque una periostitis me estaba también amargando la existencia. Por estas fechas también, conocí a Juanvi, que tuvo una paciencia infinita conmigo y con mis periostios....como fisio, me ayudaba constantemente para que no tuviera que parar de entrenar y pudiera llegar al maratón en buenas condiciones.

A sólo 10 días del maratón, tenía un viaje de trabajo a Hamburgo (Alemania), y en mi pequeña maleta para sólo dos días, iban las zapatillas y las mallas, por supuesto. Había leído que en medio de la ciudad había un lago enorme, con un perímetro de unos 8Km, en el que la gente salía a correr...tenía ganas de correr allí.

Tuve mala suerte, y el día salió gris, con lluvia algunos ratos, pero aún así, el paisaje era espectacular. Y así rodé durante 10Km, cumpliendo con mis deberes maratonianos, hasta que en un paso de cebra, con un semáforo en ámbar (imagino), un coche que estaba parado, arrancó sin verme. Al darme cuenta, traté de parar para que no me atropellara, pero con el suelo mojado, me resbalé y el coche se quedó sobre mi pie.

Recuerdo perfectamente como desde el suelo, con el pie pillado (apenas dolía), golpeaba el coche para que se moviera adelante o atrás. Cuando me levanté, cojeando, nerviosa, triste, el señor me miraba desde su coche, y yo le hacía señas de que estaba bien (tonta de mí). Pero a los 10 segundo, ya no podía andar, y una chica que había visto lo sucedido, me recogió en su coche y me llevó al hotel.

Ya en el hospital, diganóstico de fractura del 5º metatarso (pero ese hueso chiquitito para que vale??) y escayola durante aproximadamente un mes. Los compañeros se portaron fenomenal, uno que había vivido en Munich me acompañó al hospital, y hacía de intérprete con los médicos alemanes, y los otros mientras tanto ya se había preocupado de informar en la oficina y de cogerme un vuelo de regreso a la mañana siguiente.

Recuerdo, mientras mi compañero me esperaba fuera, estar en el baño del aeropuerto, como una yonqui, tratando de pincharme la heparina en la tripa, con lo poco que me gustan a mí las agujas, pero había riesgo de trombo, y era lo que tocaba.

El maratón, mi primer maratón, se había esfumado...pero eso no era lo peor, al no poder apoyar el pie, lo peor es que te convierte en una inútil que ni siquiera puede llevar un plato a la mesa, que tarda 50 minutos en ducharse sóla, que apenas puede salir de su casa (un 4º sin ascensor), que aparcar a 50 metros de cualquier sitio le supone mucho tiempo y esfuerzo.....aparte de los papeleos con la Mutua de Accidentes, revisiones, baja....y las visitas a la fisio de Fremap, todas las tardes, para perder el tiempo....

Hoy hace ya 2 años de aquello...y como dicen las voces en off de las películas basadas en hechos reales cuando acaba el film, "El día del maratón de Madrid, María estaba animando a todos los corredores en la subida del Km 40, en la Avenida Menendez Pelayo, escayolada, sentaba en una banqueta, y con alguna lagrimilla de emoción a ratos. Pero tuvo su revancha el año siguiente, corriendo el Maratón de Sevilla"