IV Vuelta a la Casa de Campo

La IV Vuelta a la Casa de Campo, es una tapia, de las de toda la vida, pero en sentido contrario al que yo solía hacer, y esta vez con dorsal. En total 16,5Km.

No sé en qué momento dejé que mi hermano me liara para esta carrera. Yo ya no estoy para estos trotes. Tengo fondo suficiente para hacer una media maratón, a ritmo de trote sin sufrir demasiado. Pero con un kilometraje semanal bajito, entre 20-30Km semanales, hacer una carrera de éstas es un poco insensato. Más insensato es no haber descansado ningún día en toda la semana y llegar cansada...y además intentar seguir al grupillo que íbamos, para hacer la carrera todos juntos.

Pues así ha sido, salimos juntos mi hermano Rober, Juanvi y dos amigos de mi hermano, ya compañeros de batalla de otras carreras (Juancar y Rual). Si se puede, nos gustaría compartir toda la carrera, pero la selección natural se impone. Rual se controla al principio para no perdernos demasiado rápido, pero desaparece entre los 1.500 participantes. Mi hermano, quiere quedarse con nosotros, pero por el Kilómetro 6 consigo echarle y que haga su carrera, va insultantemente fresco a mi lado. Juanvi decide quedarse a mi lado, que con un medio IM la próxima semana, los excesos no le vienen bien y es lo mejor que puede hacer, y junto con Juancar (haciendo un poco la goma), vamos juntos casi hasta el final.

Desde el Km6 en adelante, que ya no iba tan pendiente de seguir a nadie, he cogido mi ritmo, y la cosa ha sido más llevadera, aunque el perfil era duro, subiendo hasta el Km10, y con la cuesta del zoo en el Km14, dónde ya las patitas van tostadas, y tienes unas tentaciones tremendas de echarte a andar.

Un poco antes de esa cuesta, nos encontramos con Salsipuedes, que lleva muy mala cara, y Juanvi se queda un rato con él, para ver si todo va bien. Yo apenas puedo hablarle, porque mucho mejor tampoco iba. Pero bueno, los Kms pasan...y llegamos a meta con una sonrisa, sino, no habría merecido la pena.

El paisaje de la Casa de Campo es espectacular, la carrera es para disfrutarla , y sobre la organización no puedo tener ninguna queja. De hecho, fué una grata sorpresa que nos dieran bolsas de M&Ms y Maltesers al llegar, y una camiseta de Nafta las chicas y de Taymory los chicos, que eran muy chulas.

La verdad, es que a pesar de haber perdido la práctica de esforzarme en este tipo de carreras, y de sufrir más de lo que me hubiera gustado, ha sido un día en el que he disfrutado un montón, con una temperatura ideal y en una compañía perfecta.

Os la recomiendo para próximos años.